¿Tiempo de Pantalla?

MTE Margarita Aste

Una de las “tendencias” que estoy viendo en varios colegios post-pandemia, es que no quieren comprar tecnología para este ciclo escolar pues los padres ya no quieren que sus hijos tengan más tiempo de pantalla. Alegan que, dadas las condiciones que tuvieron los pasados años por el COVID: el colegio en casa, con la mayor parte del tiempo a través de la computadora, ahora quieren que los alumnos “descansen”, lo que implica no usar dispositivos.

Que los alumnos ¿NO USEN DISPOSITIVOS?

No lo entiendo, no tiene sentido y NO es realista.

Empecemos por ubicarnos en el tiempo. ¿Se han puesto a pensar que estamos enseñando alumnos que se graduarán desde el siguiente año hasta en el 2030? ¿Que se estarían retirando alrededor del 2085? No podemos ver el futuro, pero si de algo podemos estar seguros es que la tecnología va a seguir siendo cada vez una mayor parte de nuestras vidas. ¿Y queremos dejar a los alumnos un año sin el uso de tecnología que nosotros como profesores sabemos que realmente tiene un contenido educativo sólido? No, la respuesta no es enterrar y no usar tecnología. La respuesta no es dejarlos “descansar” sin tecnología. ¿Dejarían a los alumnos descansar un año sin leer, sin hacer deportes un año? Claro que no. Perderían mucho de lo que han logrado. Reflexionando (y preguntando) me di cuenta de que este “descanso” que quieren los padres es en gran parte debido a la preocupación que tienen por la creencia de que es dañino que los niños y jóvenes pasen mucho tiempo frente a las pantallas.

¿Pero de dónde viene esta creencia?

En 1968 se introdujeron al mercado las televisiones de tubos de rayos cathode raytube (CRT). Estas televisiones tenían varias desventajas entre ellas el peso, pero más importante, eran dañinas para la salud. Investigaciones demostraron que pasar mucho tiempo frente a estas televisiones causaban problemas como fatiga y resequedad de ojos, dolores de cabeza e inclusive se dijo que aumentaban el riesgo de cáncer en el cerebro.

Pero, esto ya no es válido para nuestra realidad actual.

Ahora usamos las pantallas LCD y las Led lit LCD. Estas pantallas además de consumir menos electricidad, producen menos calor disminuyendo así el daño a los ojos, emiten menos reflejo y luz con lo que se evitan dolores de cabeza y ojos secos.
Cuando inició la televisión, era un descubrimiento que no contaba con tiempo de estudio, no se conocían las consecuencias (buenas o malas) que podía tener su uso. Ya han pasado más de 50 años, ya hay historia, ya hay personas que tienen 80, 90 y hasta 100 años que han pasado gran parte de su vida con una televisión y no les ha ocasionado enfermedades graves.

En segundo lugar, y esto es MUY importante, antes sólo había un tipo de tiempo de pantalla, Televisión. La televisión es lo que hizo negativo el uso de pantallas. Con la televisión no había ninguna interacción, el usuario era completamente pasivo.

Actualmente, hay múltiples actividades que se pueden realizar frente a una pantalla y cada una tiene diferente valor. No es lo mismo estar frente a la televisión viendo una telenovela a estar frente a una computadora o tableta conversando con un experto, practicando matemáticas o realizando experimentos científicos (muchos que no se pueden realizar en tiempo real). Por lo que no podemos decir que debe haber un tiempo límite de pantalla.

Esto es tan absurdo como si dijéramos que hay un tiempo límite para comer comida chatarra: todos los días de 7 a 8 se puede comer toda la comida chatarra que se quiera. Esto no lo diríamos y mucho menos lo haríamos. Si decimos que hay un límite de tiempo, estamos diciendo que todo el tiempo en pantalla es igual. Lo que tenemos que cuidar, no es la cantidad de tiempo en pantalla si no más bien se debe definir de acuerdo con cada tipo de actividad digital.

Estamos de acuerdo en que el exceso de tiempo frente a la pantalla en una exposición de poca calidad se asocia a varios problemas como obesidad, problemas de conducta, violencia, problemas de atención, etc. Sin embargo, si estamos bien informados de manera que sepamos para qué usarlos, son los mejores dispositivos de aprendizaje que existen.

Entonces, ¿los colegios, quitamos el uso de pantallas?

La realidad es que los alumnos NO van a dejar de usar sus dispositivos. Los van a seguir usando para comunicarse (WhatsApp) para interactuar con redes sociales y para jugar. En promedio los niños y jóvenes pasan el 60% de su tiempo libre en actividades con pantallas y los padres no parecen oponerse a que sus hijos pasen muchas horas frente a sus dispositivos jugándolos.

Los colegios que deciden quitar el uso de herramientas digitales para regresar a los libros y así quitar el “tiempo en pantalla” como una reacción post-pandemia, considero que es una fase por la que están atravesando. La carga de trabajo que tiene cualquier profesor que tiene que identificar las áreas de oportunidad de cada alumno y el tiempo que toma esto, no va de acuerdo con la dirección que la mayoría de los sistemas educativos llevan.

Cada vez hay más presión de los Ministerios de Educación de todo el mundo de poder rastrear y dar seguimiento al desempeño de los alumnos, de manera efectiva y con rapidez para que se puedan resolver las lagunas de aprendizaje en el menor tiempo posible y así evitar que algún alumno se quede atrás. Esta es la razón por la que el uso de las plataformas que tenemos (Mathletics, Reading Eggs, Reading Eggspress, Masthseeds, Istation) están perfectamente posicionadas para ser parte del salón de clases del futuro.

La conclusión es que los colegios no deben quitar la tecnología para evitar el uso de pantallas. Y los que lo han hecho, no tardarán en regresar a usarla. Más bien, tienen la difícil tarea de definir cuáles son las herramientas y plataformas que sí tienen valor y que sí sirven para mejorar la enseñanza, y emplearlas. Y los padres deben tener cuidado de que sus hijos estén usando las pantallas para mejorar y más bien, restringir las actividades que no dejan nada bueno. Todos queremos que los niños y jóvenes sean extraordinarios en el mundo digital, pues éste va a ser muy importante en su futuro.

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