Profesores: ABRIENDO LA PUERTA AL MUNDO

MS. Estibaliz Martin

La cultura académica tradicional se está volviendo obsoleta, y cada vez más profesores se encuentran con más y más alumnos apáticos y desinteresados en la clase. El mundo entero ha cambiado, y por increíble que parezca la educación se resiste al cambio.

En los últimos años hemos visto un cambio inminente en la forma en la que se mueve el mundo. La globalización nos está pidiendo a gritos que la educación cambie, y estando los profesores en la primera fila, necesitamos que cambien su forma de enseñar.

Ya no estamos en un mundo donde el que memoriza conceptos “sabe”, y como consecuencia le va mejor en la vida. El hecho es que un examen no tiene sentido si se le pide al alumno aprenderse las cosas de memoria y plasmarlos sobre la hoja sin razonar. La idea de que el profesor sea un ser todopoderoso y sabelotodo es completamente arcaica y debemos de quitarla de nuestras cabezas.

Lo cierto es que se necesita que los profesores estén más en contacto con el mundo real, y con los alumnos. Y seamos honestos, ¿qué es lo que los adultos muchas veces se niegan a usar o entender, y los jóvenes emplean y aprovechan constantemente? ¡La tecnología!

Como profesor hay que mantenerse al día y seguir estudiando. Y no solamente informarnos de las novedades en las materias que enseñamos, si no también estudiar cómo enseñar. Es decir, aprender y estar a la vanguardia en lo que respecta a nuestro oficio.

Lo interesante es que muchas veces no hace falta gastar miles de pesos en certificaciones, ya que hay alternativas basadas en la tecnología. “Cada vez vemos más profesores obteniendo micro-credenciales, participando en chats de Twitter, asistiendo a círculos de matemáticas, encontrando a otros educadores para aprender de ellos creando redes de aprendizaje y en general ampliando su red de personas influyentes.” comenta November*

De esta forma, los profesores que siguen ese camino en sus propias carreras no solamente mejoran su manera de enseñar, y se mantienen a la vanguardia, sino que también inspiran a sus alumnos.

Un trabajo en la actualidad nos pide que podamos resolver problemas, e incluso muchas veces se pide que encontremos el problema para luego resolverlo, y esto con todas las herramientas que estén a nuestro alcance.

Entonces, de que sirve que el niño se aprenda todas las reglas gramaticales del español para presentar un examen, y ¿que no sepa aplicarlas?, o, ¿que se le olviden en cuanto salga del salón? No sería mejor que este niño supiera donde encontrar las reglas, entendiera cómo aplicarlas, o que, en vez de saberlas de memoria, ¿pudiera identificar faltas gramaticales? ¿No tendría más sentido aplicarlo en vez de recitarlo?

Lo hemos hablado interminablemente, pero creo que no a este nivel.

Es importante que usted profesor tenga una cuenta de Facebook, una de Twitter, Skype, WhatsApp, un canal de YouTube etc. ¿Por qué? Para comunicarse con sus alumnos. Para estar en su “onda”.

Todas las redes sociales pueden ser usadas con fines académicos.

Por ejemplo, si Marianita está enferma en casa, puede conectarse por Skype y ver y participar en la clase en vivo. Como profesor, puede subir videos a su canal de YouTube que expliquen conceptos difíciles más a fondo o temas que hayan generado interés en clase y que no hayan tenido tiempo de cubrir, o incluso que no estén en la currícula del año.

Puede crear un grupo en WhatsApp donde los alumnos puedan preguntar conceptos que no entiendan de la tarea, y ¿lo mejor? Usted profesor no tiene que contestar todos. Puede dejar que los alumnos se contesten entre ellos y lleguen a la respuesta, o incluso dar puntos extras al que tenga la mejor respuesta.

Pueden tener una cuenta de Twitter de la clase y seguir noticias relevantes, autores que le gusten a la clase, o personas que hagan el bien a la sociedad (nunca está de más darles un buen ejemplo a los jóvenes ¿no?).

Hay un sinfín de opciones.

Otra buena idea sería hacer que los alumnos dejen de escribir solamente para el profesor. Si el alumno publica, o sube su trabajo a la red, tiene la posibilidad de que lo vea una mayor audiencia, así obtiene comentarios auténticos e inmediatos, y se puede dar cuenta de las diferencias de opiniones, y con el tiempo incluso mejorar sus habilidades al incorporar tips y recomendaciones de su audiencia y no solamente del profesor.

El deseo de crear cambio y hacer la diferencia es un gran motivador para muchas personas. Desafortunadamente, éste es otro punto del que la educación tradicional carece, así que un punto muy importante sería el darle propósito al trabajo de los niños, o crear un sentimiento de propósito para muchos estudiantes.

Un ejemplo que fue usado por Alan November* es el de unos alumnos de Kínder en Virginia., EE.UU. Los niños estaban estudiando a los orangutanes en la clase, así que la profesora organizó una teleconferencia con el encargado del zoológico en Waco, Texas. El encargado les platicó a los niños que los orangutanes hacían travesuras y se portaban mal cuando estaban aburridos, así que los niños decidieron ayudar creando juguetes y rompecabezas para los animalitos. Luego la maestra mandó los juguetes al zoológico y organizó otra teleconferencia para que los niños pudieran ver a los orangutanes divirtiéndose con los juguetes que ellos habían creado.

¿Se da cuenta que incorporar la tecnología al salón no es tan difícil? Que es, ¿económicamente viable? ¿Que no requiere un esfuerzo sobrehumano para planear una clase que la involucre?

Es cuestión de perder el miedo a explorar, a hacer clic sobre algo que no debe, o a pedirle ayuda a alguien para que le enseñe a usar estas tecnologías. (Incluso puede pedir ayuda a sus propios alumnos, para darles ese sentimiento de haber logrado algo positivo).

Asimismo, no tenga miedo de no tener todas las respuestas, en realidad nadie las tiene. (¡Solamente Google!) Lo cierto es que cuando un profesor acepta que no lo sabe todo, impulsa a los estudiantes a encontrar las respuestas, a descubrir nueva información que les será útil, y enseña a usar el internet efectivamente como una poderosa herramienta cognitiva.

¡Anímese a redefinir el aprendizaje! Deje de lado las clases tradicionales que sólo tienen como consecuencia alumnos desinteresados. Promueva este cambio tan necesario en nuestras escuelas, incorpore la tecnología, las redes sociales, abra la puerta de su salón al mundo, y vuélvase un profesor del siglo XXI.

*Alan November, 2016, New teachers in the 21st Century Schools.

http://novemberlearning.com/educational-resources-for-educators/teaching-and-learning-articles/interview-questions-for-new-teachers-in-21st-century-schools/