Novedades: LLÉVATELO A CASA Y AGRÉGALO A TU VIDA

Dr. José Aste Tönsmann

En un artículo anterior (ver La Tecnología en la Enseñanza, Primavera 2018, Vol. 22), mencionaba yo la utilidad educativa que podía tener el aprovechar tres de las características propias del uso de los teléfonos celulares: portabilidad, inclusión en la vida de los jóvenes y el forzar a sintetizar cualquier respuesta o comentario, para la creación de cursos, talleres o lecciones.

En el presente artículo, me voy a dedicar a hablar sobre algo que creo, puede ser de mucha importancia para permitir “reflexionar” a los estudiantes sobre la importancia y utilidad que tienen los conocimientos recientemente adquiridos en su vida actual o futura, y son las lecciones de reflexión y adaptación de conocimientos por teléfonos celulares.

Antes de iniciar la exposición del tema del artículo quiero mencionar lo que considero como dos problemas actuales: uno en el uso de los celulares en la enseñanza y el otro en la enseñanza propiamente dicha.

1- Un uso bastante extendido de los celulares y tabletas se lleva a cabo actualmente, dentro del salón de clase: el maestro da su clase en su tableta y los alumnos cada uno con su respectivo móvil, siguen la exposición sincrónicamente y pueden hacer preguntas, comentarios o dar respuestas al profesor quien puede también aprovechar la conexión al Internet para mostrar información lejana adicional a lo expuesto por él. En este uso de los celulares y tabletas lo que se está haciendo es reemplazar al pizarrón por el móvil con algunas ventajas importantes, pero no se aprovechan dos de las características de los celulares: portabilidad e inclusión en la vida del estudiante. Por otro lado conlleva el peligro de que se presenten “dentro de la escuela y el salón”, malos usos como distracción, copiado, visión de pornografía, etc.

2- Un problema que he notado frecuentemente también, es el de profesores que enseñan a sus alumnos con la idea de que aprendan lo necesario para aprobar los exámenes que representan los “requerimientos” del currículo. Esta condición puede llevar a los estudiantes por una parte, a preocuparse por aprender “para el momento del examen” y por otra, no les proporciona opciones de “extender” lo enseñado ya fuera de currículum y de examen, con el peligro de desperdiciar las muchísimas oportunidades de obtener información de los temas y de sus actualizaciones tan fácilmente disponibles actualmente. Cuando Yo enseñaba en la universidad les decía a mis alumnos: “mi función no es darles los conocimientos requeridos para aprobar exámenes sino enseñarles conocimientos que les servirán en su futura vida profesional”. Recuerdo también con gratitud a profesores que nos “recomendaban” libros, revistas o artículos de periódico que de alguna forma, se relacionaban con lo que estaban enseñándonos sin obligarnos a leerlos ni nos examinaban al respecto pero incrementando nuestro interés por la materia y su utilidad práctica.

Lecciones para reflexionar y asimilar lo aprendido.

El principal concepto de este tipo de lecciones por celular es el de ofrecer al estudiante fuera de la escuela y en un ambiente familiar y personal, la oportunidad de reflexionar sobre cómo los últimos conocimientos adquiridos le podrían ser de utilidad en su vida actual o futura. Para esto, la lección debe presentar en forma muy resumida los conceptos más importantes aprendidos últimamente (que pueden cubrir una lección, un conjunto de lecciones o todo un curso) antes de proporcionar al estudiante, ideas que le permitan meditar sobre cómo dichos conceptos se podrían “integrar” en su vida a la vez que preguntas (a calificar o no) que le ayuden en esa búsqueda, tratando de aprovechar en ese intento, el “ambiente” de su celular personal. Como decía en mi artículo anterior, el celular se ha convertido en “parte de la vida” de los jóvenes, allí no solamente registran notas, horarios y compromisos sino que también lo utilizan para socializar, divertirse y en general, ocupar parte del tiempo libre que disponen es decir, el celular contiene algo de la vida del joven.

Como un ejemplo aclaratorio, vuelvo a mencionar aquí algo del artículo anterior referente a una lección por celular a tomar después de un curso de Gramática en la que después de presentar un resumen gráfico de las preposiciones, se pide al estudiante que, considerando las últimas comunicaciones registradas en su celular tanto de entrada como de salida, explique los principales problemas que habría habido para entenderlas si no se hubiera empleado ninguna preposición ó, después de los adjetivos, reflexione sobre el tipo de adjetivos que más está usando él o sus “contactos” (no vaya a ser que se esté moviendo en un ambiente muy agresivo), etc.

Es interesante considerar también y ya para terminar el artículo, que está plenamente demostrada la utilidad de la enseñanza diferenciada que tiene en cuenta el tipo de “inteligencia” del estudiante (lógico-matemática, musical, espacial, lingüística, kinestésica, interpersonal, intrapersonal, naturalista) y que en general, el uso que le da el joven a su celular, al depender de su libre voluntad, está condicionado no solamente a su tipo de inteligencia sino también a sus gustos personales.

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